
“Es un trabajo por
los jóvenes y para los jóvenes, especialmente para los más pobres”
En
una entrevista realizada a Ezequiel
Irigoyen, actual Jefe Regional de los Exploradores Argentinos de Don Bosco, nos
cuenta un poco sobre lo que es ser Jefe Regional, en que consiste y cuáles son
sus objetivos. Así también nos cuenta acerca de cómo fue su gran paso por el
Batallón 6, en la que estuvo muchos años y fue Jefe de dicho Batallón.
-¿En qué consiste ser Jefe?, ¿Cuántos años
son y cuál es su función dentro del Movimiento?
Antes que nada aclarar que la organización
del Movimiento tiene una estructura basada en lo Local, Regional y Nacional. Mi
función es ser Jefe de la Región denominada La Plata. El trabajo o el servicio
consisten en sí en acompañar, motivar, velar que el Reglamento Nacional y los
Principios Doctrinales se estén llevando a cabo, acompañar con situaciones
conflictivas y resolverla. Preparar y motivar a los Soles para diferentes
eventos, encuentros formativos y mi función es animar esos momentos.
-¿Cuál
es el camino que tenés que hacer para llegar a ser Jefe Regional?
No
hay un camino especial para ser Jefe, se va dando en la estructura del Batallón
y del Movimiento en sí. Yo empecé siendo un Coordinador cualquiera, pasé a ser
Jefe de Batallón y las circunstancias hicieron que desde el Batallón me
postulen como Jefe Regional al igual que los demás Batallones. Obviamente tiene
que ver con una vida regional de muchos años, de haber participado en
encuentros y pertenecer a equipos de animación anteriores para que el resto de
la región te pueda conocer, tiene que tener cierto recorrido regional.
-¿Qué
sensación tuviste cuando te informaron que ibas a ser el Jefe de la Región?
Primero
había tenido una leve sospecha ya que el Padre Gringo quería que vaya a un
campamento regional pero yo estaba dudando en ir ya que me estaba alejando del
Batallón, me dio a entender como que tenía que ir sí o sí. Y cuando me lo
dijeron fue una mescla de emociones entre alegría y un poco de intriga para
saber si yo era el indicado y estar a la altura del servicio, fue una mescla
extraña. Luego me llamó el Padre Rubén Guarnera y me lo comentó, me dijo que
iba a ser el Jefe del Centenario y eso tenía muchas implicancias y fue raro,
pero lo tomé como un lindo desafío.
-¿Y
alguna vez pensaste o se te cruzó por la cabeza que ibas a serlo?
No
sé si lo pensé, pero en algún momento cuando me estaba “despidiendo” del
Batallón sabía que quería seguir con la vía regional y Dios quiso que sea así.
Quizás si no me proponía estar bien con el Batallón y llevar adelante mi vida
en el Batallón, y eso me fue llevando a un terreno en el cuál yo no busqué.
Entre los otros candidatos yo era el que menos posibilidades tenía, o creía que
no las tenía.
-¿A
qué edad entraste?, ¿Por qué?,
En
mi cumpleaños N° 11 vino un amigo a mi casa y se quedó a dormir y me dijo que
estuvo con los exploradores y que fueron a desfilar a Ezeiza, yo no entendía
nada. Me invitó y fui al otro día cuando el Batallón tenía actividades sábado y domingo. Me
pareció raro porque comenzamos con una misa, yo no estaba acostumbrado, si bien
fui a escuela católica y tome la Comunión me pareció raro igual. Desde ahí
empecé a ir todos los sábados y domingo hasta que después se hizo solo sábado.
Después que yo recuerde de mis años como explorador no sé si habré faltado
algún día, de más grande sí por cuestiones diferentes, pero habré faltado muy
poco. Me llamó mucho la atención el estar en un espíritu de familia, amigos,
gente nueva, éramos bastante, eso fue lo que me atrapó.
-¿Una
anécdota de paseos o campamentos que te acuerdes?
Teníamos un compañero que era medio un “personaje” y en
el campamento de Torquins que era el segundo mío, yo era muy chico. Recuerdo
que los Soles habían hecho una roldana que cruzaba de un árbol bastante alto
hasta abajo donde había un arroyo. El tema es que el muchacho se soltó antes y
en vez de caer al agua se cayó a la tierra y se raspó toda la cara, se levantó
riéndose y todos nosotros no podíamos ni respirar de la risa que nos generó.
Después hay más siendo Sol, con pibes que me hacían matar de risa o con las
Experiencias de cada grupo.
-¿Cómo
fue tu paso hasta llegar a ser Jefe?, ¿Qué te llevas de positivo?
Mi pasado antes de ser Jefe fue
importante y hoy creo que en el presente de hoy también fue importante el
pasado como Jefe, esto me llena de mucha alegría el poder haber participado de
esto. Por un lado el tema de organizarse en la vida para poder tener parte de
“trabajo” porque esto por parte también es un trabajo por los jóvenes, para los
jóvenes y especialmente para los más pobres. Y por otro lado, el también
organizarse en el resto de la vida cuando empezas a estudiar en una carrera
universitaria o empezar a trabajar, son otros tiempos los que vas manejando y
te ayuda a tener ciertas actitudes frente a la vida, poder ser responsable,
porque tenés responsabilidades en el Batallón y también fuera de él. Y también el hecho de manejar a un grupo de
Soles, ya que en esos momentos éramos pocos Soles y los pibes aparecían gracias
a Dios y hoy llegamos a tener un lindo número de chicos.
-Cerrando
esto, ¿cómo vivís el Centenario del Batallón siendo Jefe Regional?, sabiendo
que el Bata es tan importante para vos.
Por los 100 años de “El Bata” me pidieron si
podía dar una mano en la comisión del centenario junto con 2 exploradores
veteranos y Sofía, la Jefa Interina de Batallón, pensando saber qué acciones se
pueden llevar a cabo para el Centenario, hemos pensado varias cosas, lo estoy
viendo más desde ese punto. Y después sabiendo que es Batallón más viejo de la
Región, es el que primero cumple 100 años y sabiendo que tengo que estar
pensando en eso pero también que a pocos días también cumple el Batallón 10, el
Batallón 14, más el Centenario que fue este año, es una suma de emociones en
las cuales me gusta formar parte porque te llena de alegría al corazón y poder
colaborar con aunque sea algo mínimo como pensando acciones o estando presente
en ellas. Nos llena de orgullo a mí y a los demás del Consejo Ejecutivo
Regional que una institución así llegue a los 100 años, si nos ponemos a pensar
no hay instituciones hoy en día que cumplan 100 años excepto clubes de fútbol o
de barrios y más en el entorno de Bernal, que no hay nada alrededor que tenga
esa antigüedad. Es un honor y una alegría inmensa poder colaborar con eso.
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